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Comunicación

Alejandro Amigo,
Psicólogo Colegiado

Master en Psicología Deportiva

Master en Coaching e Inteligencia Emocional Infantil y Juvenil.

Curso Especialista Universitario en Psicología Positiva.

Curso Especialista Universitario en Estrategias Comunicativas.

¿Qué impacto tienen tus conversaciones en situaciones de mucha presión? ¿Sientes que consigues transmitir tu mensaje sin dar pie a malas interpretaciones? ¿Tienes dificultades para decir que “NO” o para pedir ayuda? ¿Estás conforme con los resultados que obtienes en tu vida personal y profesional, producto de tus conversaciones? ¿Te gustaría tener herramientas para ser más efectivo a la hora de comunicarte con los demás?

Veamos. Durante siglos, la interpretación sobre el lenguaje le confería un papel meramente descriptivo acerca de lo que percibíamos, lo que sentíamos o lo que pensábamos. La palabra tenía un papel pasivo (no modificaba la realidad) y el lenguaje y la acción eran dos dominios diferentes. Esa interpretación fue objetada y en el siglo XX varios autores empezaron a defender el papel activo, generativo y transformador que tiene el lenguaje.

En este sentido y sin ningún ánimo de exacerbar, el lenguaje, a través de las conversaciones, representan el medio fundamental a través del cual las personas llevamos adelante gran parte de las acciones de nuestra vida, y en cualquier ámbito -incluso con nosotros mismos-. Y para ello, utilizamos diferentes actos lingüísticos: hacemos peticiones, ofertas, promesas, reclamos, declaraciones, afirmaciones y participamos con otros en los múltiples juegos del lenguaje. Cuando conversamos, activamos ese poder transformador de la palabra, creando nuevas realidades, posibilidades y sentidos.

Tanto lo que decimos como lo que callamos, contribuye a definir cómo somos percibidos por los demás y por nosotros mismos.

Por ello, el lenguaje también es relacional. A través de él, las personas coordinamos actividades y acercamos posiciones para el logro de algo. No obstante, para que haya comunicación, es tan importante hablar como escuchar y tanto orador como oyente son corresponsables de la escucha.

Ahora bien, escuchar, es muy diferente a oír. Escuchar siempre implica comprensión y, por lo tanto, interpretación; aún cuando no haya nada que oír, podemos “escuchar” los silencios. La escucha es un indicador de la calidad de nuestras relaciones y una de las manifestaciones más claras de nuestra capacidad de conectividad con los demás.

Por todo ello, el Coaching y con un enfoque meramente práctico, enseña las competencias conversacionales desde tres dimensiones: lenguaje, cuerpo y emoción. De esta forma, los alumnos aprenden conceptos y competencias mediante la práctica y reflexión constante, para aplicarlas desde el primer momento en primera persona y con los demás en las distintas áreas de su vida.

Imaginemos por un momento, los resultados en la gestión de un “líder” que emite mensajes desordenados; que no sabe argumentar; que desconoce qué y cómo preguntar; que pierde los papeles ante el más insignificante desacuerdo; que se desborda emocionalmente en situaciones de presión, o que no sabe escuchar de forma empática. 

 

¿Cómo crea compromiso? ¿Cómo soluciona conflictos? ¿De qué manera promueve una visión compartida? ¿Cómo establece sus acuerdos? Y no me refiero únicamente a las desventajas clarísimas que el desconocimiento de habilidades de comunicación suponen dentro del ámbito profesional. En la vida, incluso llevándolo a una pequeña célula familiar, la comunicación es una herramienta de cohesión invaluable.

Por lo dicho, si revisamos las respuestas que cada uno ha dado a los interrogantes del inicio, podremos detectar -de acuerdo a los resultados que estamos obteniendo personal y profesionalmente-, qué necesitamos cambiar, mejorar, desarrollar u optimizar en nuestra comunicación.

Entre otras cosas, el coaching nos permitirá:

  • Desarrollar redes conversacionales mejor coordinadas y más efectivas.

  • Establecer relaciones basadas en la confianza y el respeto.

  • Aumentar el desempeño profesional y personal.

  • Gestionar las emociones.

  • Entender la importancia del lenguaje no verbal implicado en la comunicación.

  • Adquirir las competencias básicas de un Líder Coach.

Nos podemos citar en cualquiera de mis consultas de psicología de Oviedo, de Madrid o cómodamente desde tu casa mediante Videoconferencia

Número de Registro de
Centro Sanitario: C3/5812
Titular del Centro: Alejandro Amigo.
Nº Colegiado: O - 03056

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