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¿ERES UNA PERSONA INDECISA? ... APRENDE A TOMAR DECISIONES
26 de Marzo de 2019
La incapacidad para tomar decisiones puede conllevar importantes interferencias en tu vida social y laboral. No seas inseguro, descubre cómo coger el toro por los cuernos y aprender a tomar tus propias decisiones.
Vivir es decidirse. La toma de decisiones es una tarea implícita en la vida del ser humano desde sus orígenes. En todos los tiempos y culturas el ser humano ha tenido que hacer elecciones sobre diferentes aspectos de su vida cotidiana. En nuestro día a día la toma de decisiones es una tarea que debemos asumir. No hacerlo puede traer repercusiones importantes puesto que la toma de una u otra decisión deja de ser el problema para serlo el hecho de no haberla tomado.
“¿Y si no decido yo?” Algunas veces puedes tener suerte y que las cosas se “resuelvan solas”, pero, lamentablemente, el tiempo no lo pone todo en su sitio tal y como muchos creen. A veces, o lo pones tú o queda descolocado. No tomar decisiones a corto plazo alivia la incertidumbre de la duda, por lo que a corto plazo el problema parece estar resuelto, sin embargo a largo plazo puedes tener repercusiones importantes como:
-Bajos niveles de autoestima.
-Inhibición social.
-Baja tolerancia a la frustración.
-Sensación de falta de control sobre tu propia vida.
-Interferencias a nivel social y laboral.
-Repercusiones mayores por no resolver el problema.
¿Por qué nos cuesta tomar decisiones?
Tomar una decisión es asumir una pérdida, y a nadie nos gusta perder cosas. Si bien ésta es la esencia de por qué no tomamos decisiones, lo cierto es que no podemos simplificar todos los casos al mismo motivo. En la mayoría de ocasiones, la combinación de los siguientes factores están implicados en nuestras indecisiones:
-Miedo al fracaso: existen personas que no se permiten el más mínimo error y consideran que siempre deben ser competentes en todo lo que hacen. Por eso, sus decisiones deben ser perfectas.
-No saber ver varias alternativas: las cosas no son “a” o “b” ni blancas o negras. Sin embargo, hay personas que no ven más allá de las primeras opciones que se les vienen a la cabeza, por eso, nada les convence.
-Falta de confianza en tus habilidades para resolver problemas: algunas personas entran en bucle. Es decir, una vez que han tomado una decisión vuelven a atrás y comienzan de nuevo todo el proceso para volver a elegir, entrando en un bucle infinitivo asociado con importantes niveles de malestar emocional. Algunos estudios sostienen que si bien este tipo de personas tienen buenas habilidades para solucionar problemas, lo cierto es que no confían en dichas capacidades, no se lo creen. Este hecho se asocia a un bajo nivel de autoestima.
-Estilos educativos dictatoriales: el modelo paternal autoritario hace que los hijos no reciban un entrenamiento para tomar decisiones a lo largo de su desarrollo personal, por lo que llegan a su vida adulta sin saber decidir. Esto es porque han aprendido a que las cosas ya están decididas por otros.
-Dependencia de otras personas: puede ser debido a lo anterior o bien al polo opuesto, es decir, a un estilo educativo sobreprotector donde otros se preocupaban en exceso por facilitarte la vida.
-Estilo evitativo de afrontamiento del malestar: algunas personas rechazan tomar decisiones porque se niegan a aceptar el malestar que puede llevar implícita dicha tarea.
De esta manera a corto plazo reducen su malestar, pero a la larga, éste es mayor y además no adquieren herramientas para solucionar los problemas de manera eficaz.
-Falta de madurez: a veces se fantasea con la situación ideal aún sabiendo que no la llevarías a cabo, no tomando las riendas de la situación y cayendo en un infantilismo en las decisiones tomadas.
-Tendencia a la procrastinación: si lo puedes resolver hoy, ¿por qué dejarlo para mañana?
No caer en el problema de la indecisión no pasa por un cambio de conducta puntual, sino por un cambio de actitud hacia los problemas. Para ello, debemos tener una orientación positiva o activa ante las dificultades, lo que supone verlas como un desafío, siendo optimistas respecto a nuestras capacidades para resolverlas. Para ello, debes asumir que una buena toma de decisión requiere que inviertas tiempo y esfuerzo en su solución. Lo bueno nunca es gratis, sino que requiere esfuerzo.
También debes aceptar que aunque la situación ideal no sea posible eso no quiere decir que la opción tomada tenga que ser mala. Simplemente es distinta.
Por el contrario, aléjate de la actitud negativa al problema. Para ello, no valores la toma de decisión como una amenaza de problemas insolubles, la mayoría no lo son. Mucho menos dudes de tu capacidad para tomar la decisión, pues si tú dudas, harás dudar al resto. Nadie más que tú puede convencerte de tus propias capacidades. Asume también que equivocarse a la hora de tomar la decisión es parte del trato… y de la vida.
Autor: Vanesa Fernández López
Fuente: menteyemociones
ESTRATEGIAS PARA POTENCIAR LA MEMORIA.
12 Febrero 2019
Potenciar tu capacidad para recordar datos y experiencias es fácil si te aplicas estos hábitos. La memoria es un proceso muy complejo en el que no solo archivamos recuerdos y sensaciones de forma mecánica como si fuéramos un ordenador.
La memoria humana está muy vinculada a las emociones que nos produjeron los recuerdos en su día, tal como propuso el psicólogo Gordon H. Bower. Pero, para ser capaces de recordar muchos detalles de nuestro pasado, necesitamos que nuestro cerebro esté en plena forma.
Memoria entrenada, memoria efectiva
La memoria es un intrincado proceso mental mediante el cual almacenamos pensamientos, recuerdos, habilidades y experiencias. Si somos capaces de cuidar nuestras funciones cognitivas conseguiremos potenciar la capacidad de nuestra memoria para retener datos.
Hábitos para entrenar la memoria
Para mejorar la memoria (en el caso de personas jóvenes) como para retrasar su deterioro (para las personas de la tercera edad), existen distintos hábitos y estrategias que nos ayudan a desarrollar la capacidad de nuestra memoria, así como a conservarla y a volverla más eficiente. Para ello, será necesario seguir unas sencillas pautas de entrenamiento.
En el caso de las personas mayores, se suelen dar muchos casos de síntomas (más o menos evidentes para los familiares) de pérdida de memoria. Estos síntomas pueden ser normales y acordes con la edad, pero en otros casos pueden ser graves y requerir de diagnóstico profesional. En este tipo de casos más severos, será necesario ponerse en las manos de un profesional especializado, a fin de conseguir un diagnóstico y tratamiento (si fuese necesario) indicados.
Los peligros de no potenciar la memoria
Si en nuestra rutina diaria no ejercitamos la memoria, puede que empecemos a notar que somos menos capaces de recordar datos concretos y realizar tareas en las que solíamos tener habilidades suficientes. Como en cualquier otro aspecto, no ejercitar la memoria es la forma más fácil para ir perdiéndola poco a poco.
Si la ejercitamos un poco cada día, vamos a mejorarla y a potenciarla. El aprendizaje constante y sostenido en el tiempo nos ayuda a crear ciertos hábitos y mecanismos cognitivos positivos para nuestra memoria. La habilidad memorística se puede desarrollar si somos pacientes y perseverantes.
Hábitos saludables básicos para reforzar nuestra memoria:
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Dieta sana y equilibrada. Rica en vitaminas y minerales y ácidos omega. Controlar el colesterol y las grasas saturadas. Moderar el consumo de carnes procesadas y de bollería industrial.
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Practica deporte. Entre los múltiples beneficios de practicar ejercicio regularmente está la de mantener nuestra mente fuerte, y eso mejora nuestra memoria.
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Aléjate de las fuentes de estrés. En la medida en que puedas, trata de apartarte de las fuentes de estrés y ansiedad. Puedes recurrir, si tienes tiempo, a prácticas como el yoga o el Mindfulness si notas que estás demasiado nervioso habitualmente.
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Relaciónate con otras personas. Vivir en soledad hace que nuestro cerebro se acomode y que trabaje poco. En cambio, si tienes una vida social activa vamos a potenciar el ir y venir de ideas, las conversaciones y las emociones, y esto ayuda a nuestra memoria. Además, el hecho de estar en contacto con amigos y conocidos nos permite tener nuestro cerebro ocupado en recordar datos y escuchar y entender a nuestro interlocutor. Esto es muy beneficioso para la memoria.
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Sal de la rutina. Tus actividades diarias (ir al trabajo, cocinar…) no son suficientes para potenciar adecuadamente la memoria. En la medida en que tengamos tiempo, deberíamos intentar realizar actividades nuevas que nos atraigan y que desarrollen algunas de nuestras habilidades. Las más recurrentes: el ajedrez, practicar un deporte nuevo, acudir a tertulias, leer libros...
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Estrategias memorísticas rutinarias que te puede ayudar:
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Prescinde (o casi) de tu agenda. Si eres una persona ocupada y necesitas una agenda personal donde apuntar los compromisos que tienes, es comprensible… pero deberías intentar recordar las citas con tu memoria. De acuerdo, puede parecer un poco arriesgado y tal vez sea conveniente que no prescindas totalmente de tu agenda. Pero a medio-largo plazo, este hábito logrará mejorar tu capacidad memorística. Este consejo también es aplicable a las listas de la compra: es preferible que no las hagas y que cuando vayas a comprar realices tus comprar “de memoria”.
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Viaja tanto como puedas. Si salimos de casa y exploramos rincones del planeta que no conocíamos hace que nuestro cerebro descubra nuevas sensaciones y retenga nuevos datos. Eso ayuda muchísimo a nuestra memoria a ejercitarse.
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Organiza reuniones de amigos. Cualquier excusa es buena: tomar un café, salir al cine, jugar a un juego de mesa… todas las oportunidades para socializarte influyen positivamente en tu memoria. Como ya he comentado antes, recuerda que cuando estás con tus amigos ejercitas tu cerebro, contando anécdotas, debatiendo sobre temas polémicos o jugando y realizando cualquier actividad conjuntamente.
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Sé amigo de los libros. Leer habitualmente es una forma magnífica de potenciar la memoria (entre otros muchos beneficios). Independientemente del tipo de lecturas que más te gusten, debes saber que el reto de leer un libro ayuda a tu cerebro a estar despierto y estimula enormemente tu memoria. También es interesante comentar con algún amigo o familiar el libro una vez lo has acabado de leer, puesto que esto forzará tu cerebro a recapitular sobre lo que has aprendido.
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Fíjate en las cosas pequeñas. En tu vida diaria, ya sea en casa, en la oficina o caminando por la ciudad, debes saber que hay un mundo de pequeños detalles que están esperando a captar tu atención. Observa y pregúntate por ellos, tu memoria lo agradecerá.
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Ejercita rutinariamente tu memoria. Si eres de los que te apuntas todo, quizá debas cambiar tu estrategia y tratar de recordar cosas sin ayuda. Nombres de personas, números de teléfono, restaurantes a los que queremos ir...
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Intenta recordar por tus propios medios. Si cada vez que dudas sobre algún dato recurres a Google, tu memoria no se ejercitará debidamente y perderás una ocasión de que tu cerebro desarrolle la capacidad de rescatar datos o informaciones.
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Ponte a prueba con las nuevas tecnologías. En el siglo XXI, estamos permanentemente rodeados de tecnologías y gadgets. No es raro que, en alguna ocasión, sintamos que no recordamos cómo instalar un programa en el PC o cómo buscar una aplicación concreta en nuestro smartphone. Lo fácil puede ser ir a YouTube y buscar algún tutorial, pero lo más positivo para nuestra memoria es que tratemos de recordar cómo conseguimos apañárnoslas la última vez. Con paciencia, es probable que vayamos atando cabos.
Lo esencial a la hora de ejercitar nuestra memoria es ser constantes y realizar ejercicios y hábitos de forma rutinaria. De este modo mejoraremos nuestra memoria a corto plazo, que es aquella que más suele verse perjudicada a medida que cumplimos años, y es la que puede verse alterada en los casos de demencia o Alzheimer.
Si ejercitas tu memoria con estas sencillas estrategias, notarás que puedes recordar mucho mejor.
Autor: Xavier Molina (psicólogo)
Fuente: www.psicologiaymente.net
LA IMPORTANCIA DE LA SOCIALIZACIÓN EN LOS NIÑOS
27 de Febrero de 2019
El grupo social es algo muy importante para el desarrollo y el aprendizaje durante toda la infancia, pero el periodo comprendido entre los 4 y los 8 años es cuando la presencia de otros niños y amigos del menor, comienza a posicionarse como muy importante, llegando a ser crucial durante la etapa de la adolescencia.
Los amigos son extremadamente importantes para el desarrollo del niño y sobre todo para el desarrollo de su autoestima, ya que es a través de estas relaciones interpersonales como el niño va adquiriendo gran conocimiento sobre sí mismo, sobre sus capacidades y limitaciones, sobre el concepto que los demás tienen de él, sobre el papel que juega dentro del grupo, etc.
Aprende a compartir, a comunicarse, a desarrollar la empatía con los demás, a jugar, a cooperar, a competir… La dinámica de las relaciones con sus iguales es completamente distinta a las pautas con las que se relaciona en la familia, por eso le permite descubrir aspectos nuevos sobre sí mismos y sobre los demás, a adquirir nuevas habilidades; por eso los otros niños son tan necesarios en el proceso de su madurez y desarrollo. Facetas como la autoestima, la creatividad o el aprender a evitar aquello que puede ser peligroso, son cuestiones que solo aprenderá si se desarrolla adecuadamente en el marco de las relaciones sociales.
A estas edades los amigos empiezan a no hacerse de forma fortuita y casual, sino que a medida que crecen, y sobre todo con la escolarización, los niños empiezan a tener contacto con muchas personas distintas. Los estudios han desvelado que la similitud es el factor más importante a estas edades a la hora de hacer amigos, abarcando los siguientes aspectos:
– Género: desde la etapa preescolar es patente la preferencia por los amigos del mismo sexo, que se mantiene incluso hasta la adolescencia.
– Aficiones y gustos: en cuanto a la música, los juegos, el deporte… compartir estos mismos gustos y preferencias suele ser un vínculo muy fuerte.
– Edad: las amistades se producen por regla general con niños de edades similares.
¿Cómo podemos potenciar su socialización?
Favorecer la socialización del niño es algo muy positivo para su propio desarrollo y madurez, pero ¿qué podemos hacer para potenciarlo?
-Visitar con él desde pequeño aquellos lugares en donde haya más niños, sobre todo de su edad, para darle la posibilidad de relacionarse con sus iguales.
– Hay que darles ejemplos, ser algo menos introvertidos y que nos vean relacionarnos con otros, esto ayudará a motivarse al niños, especialmente a los más tímidos.
– Hay que viajar en la medida de las posibilidades de cada familia. El conocer otras culturas, otras formas de vivir y de relacionarse, ayudan a “abrir la mente” del niño, y también del resto de la familia.
– Las actividades extraescolares también son una buena oportunidad para que el niño se relacione con otros iguales, y distintos a los del círculo donde se mueva habitualmente. Ampliar su círculo cotidiano favorece las relaciones de amistad con otros niños.
Autor: David Cortejoso (psicólogo sanitario)
Fuente: psicoglobalia
¿CÓMO IDENTIFICAR SI TU HIJO PRESENTA PROBLEMAS DE DESARROLLO?
18 de Febrero de 2019
Sabemos que como padres enfrentarse a una condición en la que nuestros hijos se vean en cierta desventaja frente a otros niños suele tornarse preocupante y en muchas ocasiones desalentador. Pero ¿cómo saber si es necesaria la intervención de un psicólogo o de otro tipo de especialista?
En el proceso de desarrollo:
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Cada niño tiene un proceso de desarrollo particular, si bien hay algunas escalas que permiten darse una idea de lo que debería estar realizando en cada etapa no es una camisa de fuerza para todos los casos. Sin embargo es necesario estar atentos a los procesos del niño.
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Si como padres observan que hay algunas conductas o situaciones en el desarrollo de sus hijos y que vean no sean comunes es necesario referirlo a un profesional de su confianza para que sea él quien los oriente en lo que se debe hacer (en este caso puede tratarse del Pediatra). Por ejemplo: si su hijo presenta poco movimiento, no sigue visualmente objetos, no reacciona ante las voces o sonidos, llanto repentino o constante, no tolera los alimentos, desorden en el sueño, entre otros.
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En el caso de que se encuentre alguna condición particular, el profesional de la salud remitirá a la especialidad que corresponde para ser abordado el caso particular (Neuropediatría, fisiatra, terapia ocupacional, terapia del lenguaje, psicopedagogía, psicología...).
No deje en el tintero iniciar el proceso de manera oportuna, pues entre más pronto lo haga los resultados serán mejores.
En el proceso escolar y cotidiano
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Si se le hace algún llamado desde el colegio o jardín en el que le refieren ciertas situaciones con respecto a su hijo(a), trate de identificar de manera objetiva las conductas que presente y que usted ve, ya que le pueden estar afectando en diferentes ámbitos.
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Por ejemplo: si a su hijo(a) le cuesta terminar todo lo que inicia, parece no escuchar lo que se le dice, se dispersa fácilmente lo cual interfiere en su rendimiento escolar, le cuesta solucionar situaciones cotidianas. Puede que esté presentando dificultad en lo que llamamos funciones ejecutivas y para centrar su atención, costándole discriminar estímulos poco relevantes, lo que puede presentase por diversas razones y es importante que sea valorado por un profesional.
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Solicite cita con el psicopedagogo, psicólogo u orientador del colegio si es necesario, para que con su ayuda pueda cerciorarse de que lo que usted está viendo o le están refiriendo pueda ser abordado de una manera más profesional.
En caso de que deba ser remitido a valoración por un profesional externo, busque a una persona con experiencia en el trabajo que necesita para apoyar a su hijo y recuerde que la familia es fundamental para que lo que desde el área terapéutica se realice dé los resultados que se buscan.
Poder identificar a tiempo algunas alteraciones en el proceso de desarrollo de un niño, así como en el proceso escolar permitirá apoyarse en profesionales que aportaran desde su área lo necesario para una buena evolución.
Autor: Juana Chacón
Fuente: www.semana.com
CÓMO OBTENER MEJOR RENDIMIENTO ACADÉMICO MEDIANTE UNA BUENA GESTIÓN EMOCIONAL ANTE LOS EXÁMENES.
5 de Febrero de 2019
Realizar un examen es una de las situaciones potencialmente más estresantes en la vida académica. Además, experimentar estrés se asocia a un peor rendimiento en las evaluaciones, lo que se traduce en calificaciones más bajas. El uso de determinadas estrategias de afrontamiento, puede ayudar a los estudiantes a gestionar esta situación, contribuyendo a reducir el estrés y a incrementar su sensación de eficacia a la hora de responder a los exámenes.
Cuando nos enfrentamos a un examen, a veces la mera sensación de que estamos nerviosos ya anticipa que la cosa no va a ir bien. De hecho, una de las fuentes de información que usamos para evaluar la naturaleza de las situaciones en que nos vemos envueltos, es nuestro propio cuerpo. Si éste nos envía señales como las que son típicas del estrés (inquietud, tensión, aceleración del ritmo cardíaco, problemas para conciliar el sueño...), deducimos no sólo que la situación puede entrañar algún tipo de amenza, sino también que posiblemente no vamos a ser muy eficaces a la hora de salir airosos de ella. Los procesos que relacionan estrés y eficacia personal son, en realidad, más complejos, pero hay algo claro, diversas investigaciones han puesto de manifiesto que existe una relación entre el estrés académico y el rendimiento de los estudiantes.
En general, aquellos estudiantes que experimentan mayores niveles de estrés tienden a recibir peores calificaciones y a presentar un menor nivel de logro académico.
En un estudio que ha aparecido recientemente en el Journal of Dental Education, nos arroja algo de luz sobre los mecanismos que llevan a la percepción de estrés en estudiantes y a la obtención de peores resultados en los exámenes. Dos variables parecen desempeñar un papel central. Una son las estrategias que los estudiantes usan para enfrentarse al estrés; la otra, el grado en que éstos se perciben más o menos eficaces o competentes a la hora de realizar los exámenes.
El 9 % de la variación de los resultados obtenidos por los estudiantes estaría asociado quizá no tanto lo que el alumno sabe, sino a su nivel de competencia para gestionar la situación emocional implícita en el hecho de hacer un examen.
Un estudio ha comparado dos tipos de afrontamiento: el uso de estrategias "racionales", como enfocarse en la solución de problemas, tratar de ver las cosas desde una perspectiva más positiva o la búsqueda de apoyo social; y el otro, el empleo de estrategias de tipo "emocional", como "ventilar" o desahogarse descargando emociones, o enfocarse en uno mismo negativamente; de forma crítica, por ejemplo. Los resultados indicaron que el uso de estrategias racionales se asociaba a una reducción significativa en el nivel de estrés percibido por los estudiantes, mientras que el afrontamiento emocional tenía un efecto contrario, vinculándose a un grado mayor de estrés. Las estrategias de afrontamiento llegaron a explicar en conjunto hasta un 25 % de las variaciones en las puntuaciones de estrés de los participantes en el estudio.
El uso de estrategias de afrontamiento no sólo se relacionaba con el aumento o la disminución del estrés que los estudiantes experimentaban, sino también con sus autoevaluaciones sobre su propia capacidad para resolver los exámenes con éxito. Así, el afrontamiento racional apareció ligado a aumentos en los niveles de autoeficacia de los alumnos, y contrariamente, el empleo de estrategias emocionales resultó estar asociado a una disminución en la propia confianza para solventar los exámenes. En este caso, las estrategias de afrontamiento empleadas eran capaces de dar cuenta del 15 % de las variaciones en la autoeficacia de los estudiantes. Por lo que este estudio apunta a la conveniencia de prestar una mayor atención a los aspectos emocionales implícitos en el rendimiento académico.
Prepararse para un examen de cualquier tipo no es sólo cuestión de estudiar, comprender o memorizar unos contenidos, sino que también exige una cierta preparación psicológica, que por lo general cada estudiante hace de forma "autodidacta" y sin mayor orientación, muchas veces recurriendo al "ensayo y error", cuando no a soluciones mágicas como llevar amuletos de cualquier índole al examen o realizar rituales que presuntamente atraen la buena suerte.
Nadie les ha enseñado cómo gestionar los nervios, la incertidumbre, las dudas, la sensación de "falta de control", o incluso la percepción de peligro, que se asocia a la expectativa de no ser capaz de superar un examen. Tampoco nadie les ha dicho cómo sentirse más eficaces a la hora de enfrentarse a un período de evaluaciones, y esto en ocasiones puede traer problemas, haciendo que rindan menos de lo que serían capaces.
Entrenar a los estudiantes a afrontar las dificultades intrínsecas a los exámenes de una forma "racional", sería una buena opción, tratando de solucionar los problemas que esta situación plantea en cuanto al método de estudio o la planificación del tiempo. La búsqueda de apoyo y orientación, por ejemplo, recurriendo a los docentes en caso de dudas sobre la materia o sobre cuál es la mejor forma de preparar el examen, son estrategias que pueden ayudar, al ser factores que incrementan la sensación de control sobre la situación. Contrariamente, algo que muchas veces hacemos en nuestra vida de estudiantes, como es el desahogar nuestras emociones negativas con otros o el tratar de espolearse a uno mismo con críticas o frases culpabilizadoras, parece no sólo no ayudar sino que crean más estrés ante los exámenes. Por último, es necesario un cierto trabajo de "reestructuración cognitiva" que oriente al estudiante a ver las evaluaciones desde un prisma más positivo, no como un evento potencialmente peligroso y definitivo, sino como un paso más en el proceso de aprendizaje. Como decía William James, el mejor arma que tenemos contra el estrés es la habilidad de elegir unos pensamientos en lugar de otros. Y tal vez también esa sea una de nuestras mejores herramientas para alcanzar un mayor rendimiento, al menos cuando se trata de superar un examen.
Autor: Antonio Crego
Fuente: www.investigacionyciencia.es
¿AUTOESTIMA BAJA? CUANDO TE CONVIERTES EN TU PEOR ENEMIGO.
29 de Enero de 2019
La autoestima es una de las variables psicológicas más importantes para la salud emocional, el bienestar y es clave en nuestra relación positiva con el entorno. Pero, por desgracia, no todo el mundo posee una autoestima alta. Los estudios aseguran que este aspecto tan importante de la personalidad no es algo estático, sino que puede variar a lo largo de la vida de una persona, y según afirma la psicóloga Silvia Congost, autora de del libro “Autoestima Automática”, su desarrollo depende aproximadamente en un 30% de factores genéticos , y el resto, es decir un 70%, depende del entorno y de las experiencias que nos ha tocado vivir.
La autoestima baja es un problema real al que se enfrentan muchas personas, porque puede afectar negativamente a las distintas áreas de su vida. De manera resumida, la autoestima baja causa sufrimiento e impide lograr muchas de nuestras metas o deseos. Las pautas negativas de pensamiento asociadas a la baja autoestima (por ejemplo, pensar que todo lo que haces te va a ir mal) pueden provocar problemas graves de salud mental, como depresión o ansiedad.
La autoestima baja es paralizante, y hace que sea difícil probar cosas nuevas o llevar a cabo las distintas tareas del día a día, así como iniciar un nuevo hobby o buscar empleo. Esto impide vivir la vida que uno quiere, y lleva a la frustración y al malestar al cabo del tiempo.
Quien se encuentra en esta situación y quiere salir de esta espiral negativa, solamente si realiza un duro trabajo de autorreflexión y reconoce su nivel de autoestima podrá mejorarla y, por tanto, incrementar su bienestar. En algunos casos, la persona no puede lograrlo por sí sola, así que será necesario acudir a un psicólogo especialista. Aún y así, es la persona que quiere cambiar quien ha de esforzarse para lograrlo, puesto que el psicólogo sólo facilita las herramientas para el cambio.
¿Qué causa baja autoestima?
Los pensamientos que tienes sobre ti mismo parecen realidades absolutas, pero no dejan de ser solamente opiniones. Se basan en las experiencias que has tenido en la vida, y los mensajes que estas experiencias han aportado para que formes una imagen de quién eres. Si has tenido malas experiencias, es probable que la valoración sobre ti misma sea negativa. Las experiencias cruciales que ayudan a forjar estas creencias negativas o positivas sobre nosotros mismos es muy posible (aunque no siempre) que ocurran en edades tempranas.
Lo que has visto, sentido y lo que has experimentado durante la infancia y la adolescencia, en tu familia, la escuela o la comunidad en general tienen un efecto determinante a la hora de valorarte a ti mismo en el futuro. Algunos ejemplos de estas experienciaspueden ser:
-Castigo sistemático o abuso
-No cumplir con las expectativas de los padres
-No cumplir con las expectativas del grupo de las amistades y los compañeros
S-er el “chivo expiatorio” de otras personas en momentos de tensión o angustia
Pe-rtenecer a familias o grupos sociales caracterizados por la falta de afecto y el desinterés
-Ser tratado como la oveja negra de la familia o la escuela
Deja de ser tu peor enemigo, ofrecemos algunas estrategias para mejorar la autoestima
La autoestima baja esta muy relacionada con cómo valoras y reaccionas a las cosas que suceden Si quieres dejar de ser una de esas personas con autoestima baja, puedes seguir estos consejos para dejar de ser tu peor enemigo y mejorar tu autoestima:
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Ponte objetivos realistas
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No te compares con los demás
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Aprecia tus cualidades
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Trátate con cariño y mira la vida de forma positiva
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Practica Mindfulness
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Haz críticas constructivas hacia ti mismo
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Regálate tiempo
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Practica ejercicio físico
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Intenta ser asertivo
Si detectas que tienes un problema de autoestima serio y lo anterior no ha funcionado, es necesario que lo soluciones lo antes posible porque no tienes que seguir sufriendo más tiempo. Así que, en vez de esconderte y mirar para otro lado, puedes:
-Hablar con tus familiares o amigos íntimos
-Acudir a terapia con un psicólogo especializado
Autor: Jonathan García
Fuente: psicologiaymente.net
LA ANOREXIA ES HOY MÁS PRECOZ Y MÁS AGUDA
22 de Enero de 2019
"Nos hemos acostumbrado a ver a la gente mucho más delgada, y si nos vamos a cualquier Instituto a medir el índice de masa corporal de las chicas veríamos que muchas de ellas están por debajo de lo normal, por debajo de 18, que es lo que consideramos patológico”. Lo afirma Carmen Ballesta, responsable Endocrina y de Nutrición del Hospital de San Juan de Alicante, uno de los dos centros de referencia en Trastornos de Conducta Alimentaria con que cuenta la Comunidad Valenciana.
“Lo malo es que esas chicas tan delgadas están muy bien admitidas, son las más bonitas, las que tienen más éxito”. Tras haber tratado cientos de casos, Ballesta asegura que el índice medio de masa corporal, cifra que evalúa la relación entre talla y peso, es ahora “mucho más bajo” que cuando abrieron la unidad en 1998. Cristina Romero, responsable del área de Psicología, añade otro factor: una mayor precocidad. “Ahora los ingresos se producen con menos edad, hemos tenido casos de niñas de 11 años, y se producen en situaciones más precarias, con índices de masa corporal mucho más graves”. Lo ratifica la nutricionista: “Sí, hoy índices de 14 o 15, son una cosa corriente”.
Curiosamente, junto a la mayor precocidad aparecen cada vez más casos de mujeres adultas en las que la enfermedad permanece latente, agazapada en la personalidad característica de quienes padecen anorexia, una personalidad ansiosa, obsesiva, perfeccionista, con autoestima baja, en las que un determinado shock emocional desencadena una recaída.
A la unidad llegan los casos más agudos. La condición principal para el ingreso hospitalario es la presencia de riesgo vital para la paciente, ya sea por motivos médicos, pérdida alarmante de peso, complicaciones secundarias a la malnutrición (desequilibrio electrolítico, síncope, hipoglucemia) o de tipo psiquiátrico (intento de suicidio, aislamiento social extremo). Otros motivos serían el fracaso del tratamiento ambulatorio o en hospital de día y la falta de una estructura familiar que apoye de forma adecuada el tratamiento.
Para Vicente Elvira, jefe de Psiquiatría del Hospital, “se ha impuesto la falacia de que podemos tener el cuerpo que deseamos”, explica. “Vivimos en una sociedad en la que el valor belleza se ha puesto por encima del valor salud”. Como señala el psiquiatra, “hoy todo el mundo hace o habla de dietas” y eso son valores que transmitimos a “unos chavales que tienen hoy más oportunidades que nunca, pueden aprender idiomas, hacer lo que les dé la gana en Internet…y sin embargo miras sus salidas y lo tienen peor que lo teníamos nosotros”. De hecho, “muchos de nuestros pacientes nos dicen que sus padres llevan un régimen estricto o van mucho al gimnasio… el ejemplo es fundamental”.
Aquí aparece un factor nuevo: “la presión social se centraba mucho en la mujer, eran las chicas las que tenían que estar estupendas; ahora la presión de estar en buena forma física la comparten los chicos, ahora lucir tableta es fundamental”. Aunque los chicos no llegan al grado de necesitar el ingreso, los especialistas ven en sus consultas cómo hoy se preocupan de las calorías que consumen y se empeñan en moldear su figura.
Psicóloga y nutricionista corroboran esta opinión: al factor estético que prima la delgadez, se ha añadido como desencadenante la obsesión por el ejercicio físico en la búsqueda de un cuerpo perfecto, y se multiplican los casos de ortorexia y vigorexia, esto es, la obsesión por la comida sana y la obsesión por no sentirse suficientemente fuerte.
Los objetivos terapéuticos durante la hospitalización de las pacientes son, a corto plazo, el tratamiento de las complicaciones de la enfermedad y la recuperación del peso hasta niveles adecuados, así como la normalización de los hábitos alimentarios. ”La paciente nos dice qué come y nosotros la incluimos en una dieta que pueda ser adecuada para ella”, explica Ballesta. Algunas no llegan convencidas, sino arrastradas por su familia. “En esos casos”, explica la psicóloga, “nuestro objetivo es que comiencen a aceptar que tienen un problema; a veces les damos el alta sabiendo que van a volver, porque no van a seguir las pautas que les marcamos”.
Los objetivos a largo plazo son la adaptación psicosocial de la paciente, el mantenimiento del peso corporal dentro de unos márgenes adecuados y la estabilización de la conducta alimentaria. Lo cual no es fácil de conseguir. La elevada cronificación de la anorexia hace que los doctores tengan pacientes tan antiguos como la propia Unidad, la más veterana ronda los 50, “y cada cierto tiempo tiene que volver, a pasar la ITV, como ella dice”.
Entre las técnicas empleadas en la Unidad destacan la utilización de un sistema de refuerzos y privilegios, a medida que se logran objetivos en la nutrición; el entrenamiento en relajación; la exposición y prevención de respuestas (tanto ante la alimentación como ante otros estímulos precipitantes); la terapia de grupo y la terapia individual.
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De cómo funciona la familia a la hora de comer depende en gran medida tanto la prevención de la anorexia y la bulimia como el éxito de los tratamientos.
Autor: Enrique Bolland
Fuente: El País, 27 de Diciembre de 2015
TENER MÁS RELACIONES VIRTUALES QUE REALES O CONECTARSE AL MÓVIL NADA MÁS LEVANTARSE SON SIGNOS DE ADICCIÓN A LAS REDES
14 Enero 2019
Tener más relaciones virtuales que reales, necesitar llevar siempre algún aparato electrónico, conectarse nada más levantarse o, incluso, interrumpir el sueño ante las señales de llegada de mensajes, son algunos de los signos que alertan sobre la presencia de una adicción a las redes sociales.
"En muchas ocasiones, a medida que aumentan las relaciones en las redes, disminuye el tiempo empleado a las relaciones reales con la familia o el grupo de amigos. Así se genera un mecanismo de compensación de ese déficit, el cual crea un círculo vicioso que provoca un aumento del tiempo dedicado a la comunicación virtual y favorece el abandono de las obligaciones con los círculos sociales reales".
En este sentido, y aunque las redes sociales generan "recompensas" relacionadas con la comunicación con otros, ya han aparecido trastornos relacionados con el uso de Internet y los dispositivos móviles como, por ejemplo, cibermareo, nomofobia, dependencias o cibercondria. Además, en función de la edad y madurez de la persona, se han encontrado trastornos de depresión, ansiedad, estrés, insomnio e, incluso, esquizofrenia.
PUEDEN GENERAR "SUFRIMIENTO"
Las redes sociales pueden crear "sufrimiento" en la medida en la que la persona ve alterada la percepción sobre su propia vida y la de su entorno. De hecho, en los sufrimientos asociados pueden encontrarse paralelismos con los estados de adicción y dependencia.
Las redes sociales son sólo otra herramienta de comunicación, por lo que por no estar en ellas una persona no tiene por qué quedar excluida del grupo. "¿Puede un grupo, salvo situaciones muy determinadas y temporales (lejanía geográfica, por ejemplo) tener una relación de calidad exclusivamente virtual durante mucho tiempo?. No tiene por qué no tenerla, es cierto, pero sólo si ese grupo reúne ciertas condiciones", ha puntualizado.
Por todo ello, si crees que has alcanzado una situación de dependencia, puedes empezar ya a buscar alternativas reales para emplear el tiempo que dedicas a las redes sociales, elaborar una lista de lo que crees que se puede hacer en ese tiempo, delimitar la actividad en las redes sociales, no usarlas cuando estés en compañía de otras personas y apagar el móvil por la noche. En un periodo de tiempo, notarás lo que has ganado con esas costumbres.
Autor: Juan Antonio Molero Cid
Fuente: Europa Press
TRUCOS PARA APROBAR UN EXÁMEN TIPO TEST ("SIN SABERSE LA LECCIÓN")
10 Enero 2018
La intención de este artículo no es promover la holgazanería, sino enseñarte varios trucos psicológicos que pueden ayudarte a ser más efectivo en los exámenes test.
La mejor forma de aprobar un examen, sea tipo test o no, es ponerse a estudiar de forma seria, aprenderse bien la lección, presentarse al examen y disfrutar respondiendo. Notar como todo el esfuerzo invertido en estudiar una asignatura se materializa en una buena nota es siempre una sensación muy buena.
Sin embargo, habrás percibido que hay personas a las que se les dan muy bien los exámenes tipo test y otras personas que se ponen a temblar cuando tienen que enfrentarse a una prueba de estas características. Los exámenes tipo test tienen la particularidad de que suelen ser más favorables a aquellas personas que gozan de una buena intuición. Por contra, las personas que tienden a ponerse nerviosas durante los exámenes suelen obtener calificaciones por debajo de lo esperable.
¿Por qué a algunos les encantan los exámenes tipo test y otros los detestan?
La clave, aparte de en la intuición más o menos desarrollada de cada persona, está en algunos trucos que algunas personas conocen y les permite ser más efectivos en las respuestas múltiples del examen tipo test. Estos trucos no solo forman parte del repertorio de recursos del estudiante avispado sino que también tienen un fundamento científico.
De hecho, fue el escritor William Poundstone con su libro Rock Breaks Scissors A practical guide to Outguessing and Outwitting Almost Everybody ("Tijeras rompe rocas: Guía práctica para adivinar y burlarse de todo el mundo") quien detectó algunas tendencias importantes que los docentes cometen a la hora de elaborar los dichosos exámenes tipo test.
Una vez conocidos estos trucos (basados en los heurísticos y en otras tendencias psicológicas) podemos decir que existen una serie de tips que pueden ayudarte decisivamente a aprobar estos exámenes de respuesta múltiple… ¡aún cuando no hayas podido estudiar lo suficiente!
1. Sospecha de las respuestas categóricas
Por norma general, las respuestas en los exámenes tipo test que incluyan palabras como “nunca”, “siempre”, “todos” y “ninguno” suelen ser opciones incorrectas. ¿Por qué? Bien, porque lo normal es que pueda haber alguna excepción a la norma que invalide la afirmación categórica. El profesor raramente se arriesgará con una opción correcta que deje tan poco margen de maniobra.
Pero cuidado: las respuestas que contengan las expresiones “ninguno de los anteriores”, “todas las anteriores son correctas”... son la opción correcta en el 52% de los casos. Si no tienes más elementos para decidirte, deberías decantarte por este tipo de respuesta, puesto que te ofrece muchas más probabilidades de acertar que si contestas al azar.
2. El examen en su conjunto puede darte respuestas a preguntas concretas
Es importante que te leas todo el examen de principio a fin antes de responder a cualquier pregunta. La razón: es probable que haya respuestas “ocultas” (o no tan ocultas) en otras preguntas del examen. Poundstone detectó que es bastante común que las opciones de respuesta aparezcan en varias preguntas distintas a lo largo del examen.
En un puro ejercicio de lógica, puedes llegar a resolver varias preguntas gracias a la información que te brinda el resto del examen.
3. Las respuestas más largas suelen ser las correctas
En términos generales, debes tener en cuenta que las respuestas más largas suelen ser las opciones correctas. Esto es debido a que “los docentes que crean el examen deben asegurarse de que las respuestas correctas son indiscutiblemente correctas. Habitualmente, esto precisa de una enunciación más larga y rigurosa”, explica el autor de la investigación.
Por tanto, ya lo sabes: si no tienes ni la más remota idea de cuál es la respuesta acertada y hay una opción que sobresale por su longitud… esa es la que tiene más papeletas para ser la correcta.
4. Las respuestas incongruentes suelen ser incorrectas
Algunos exámenes tipo test se generan con programas informáticos que generan algunas respuestas de forma automática, y por tanto al azar y sin seguir ningún tipo de patrón lógico. Estas respuestas acostumbran a ser muy incongruentes respecto a las demás, y obviamente son opciones erróneas.
5. Los exámenes tipo test son para mentes frías
Si eres de esas personas que se ponen nerviosas durante las pruebas, debes cambiar esta mala dinámica. Cuanto más relajado y lúcido estés mientras respondes las preguntas del examen, más probabilidades de que seas capaz de utilizar todos tus recursos (conocimientos y trucos) para salir exitoso de la prueba.
Autor: Xavier Molina (psicólogo social)
Fuente: www.psicologíaymente.net
LA OCU ALERTA SOBRE EL CONSUMO DESMEDIDO DE ANSIOLÍTICOS Y PROPONE LA PSICOTERAPIA COMO ALTERNATIVA EFICAZ
24 Octubre 2018
La organización de consumidores y usuarios (OCU) advierte de que España presenta uno de los consumos de ansiolíticos y somníferos más elevados de Europa, ya que se ha incrementado un 57% entre los años 2002 y 2012, y actualmente sigue creciendo sin freno según los datos del Ministerio de Sanidad.
Actualmente existen 35 benzodiacepinas diferentes que farmacológicamente son muy parecidas. Entre los ansiolíticos más consumidos en España esta el alprazolan y lorazepam.
Estos medicamentos no pueden ¨tomarse a la ligera¨, y después de unas 4 semanas de tratamiento, hay que empezar a dejarlas, ya que en seguida crean dependencia y tolerancia, lo que implica que a la misma dosis, el efecto vaya disminuyendo.
Por todo esto la OCU lamenta que su consumo no pare de crecer y alerta de que otros riesgos asociados como el deterioro cognitivo o efectos psicomotores, puedan influir en la capacidad de conducir o favorecer comportamientos desinhibidos o impulsivos que pueden verse incrementados con el consumo de alcohol.
Apunta a la especial vulnerabilidad de los ancianos, a quienes desaconseja su uso ya que¨ los beneficios asociados al uso de hipnóticos son marginales y no compensan el riesgo de caídas o fracturas, en especial en las dos primeras semanas de tratamiento¨.
La OCU aboga por la psicoterapia como mejor alternativa al tratamiento de la ansiedad.
"NO SOPORTO IR AL COLEGIO", DIEGO.
16 Octubre 2018
En enero de 2016, los informativos se hacían eco de la trágica y triste historia de Diego, un niño de 11 años que se tiró por la ventana el pasado mes de octubre porque el colegio se había convertido en un infierno para él. Era buen estudiante pero no quería volver a clase. Explicó sus razones para haber tomado esta decisión en un cuaderno que guardó en su peluche favorito.
¿Somos conscientes de hasta donde puede llegar el bullying?
El maltrato entre pares en la escuela, aunque se algo común, nunca puede considerarse aceptable. Muchas veces no somos conscientes de hasta donde puede llegar a afectar a la otra persona eso que se considera una broma o una graciosada típica de niños Incluso muchos habréis escuchado como se le resta importancia ante la frase de eso siempre ha existido, son etapas de la escuela. El bullying es algo serio, y tiene importantes consecuencias para sus participantes. Hoy en día no se puede considerar que solo sean participes de él, la víctima y el agresor, sino que todos los espectadores o testigos directos que presencian el acto, y los indirectos, como el personal, la autoridad del colegio, la familia y la sociedad entera, están formando parte de ello. Por lo tanto la solución no esta enfocada a dos personas en particular, sino que se debe involucrar a toda la comunidad para poder poner fin a esta problemática.
¿Cuales son las características personales que suelen tener las víctimas y cuales son sus consecuencias?
Cualquiera puede ser blanco de bullying, siempre que el contexto lo permita y los espectadores sean pasivos.
Las víctimas son percibidas como inseguras, sensibles, poco asertivas, físicamente más
débiles, con pocas habilidades sociales y con pocos amigos.
Como consecuencia del bullying, presentan ansiedad, depresión, deseo de no ir a clase, ausentismo escolar y deterioro en el rendimiento. Presentan más problemas de salud somática, y además, si la victimización se prolonga en el tiempo, puede aparecer ideación suicida. Esto es favorecido por el poder en aumento del agresor y el desamparo que siente la víctima, con la creencia de ser merecedora de lo que le ocurre, produciéndose un círculo vicioso difícil de revertir.
A continuación les mostramos algunas pautas que les puede ser de ayuda a la hora de detectar casos de bullying y de cómo actuar si lo presenciamos.
Signos de victimización (Olweus 1993, modificado):
• El niño o joven regresa del colegio con ropa, libros, o pertenencias dañadas, o aparece sin ellas.
• Presenta heridas, equímosis, o cortes inexplicados.
• Tiene pocos o ningún amigo.
• Se le ve preocupado de ir al colegio.
• Evita cierta gente, situaciones o lugares.
• Ha perdido interés en el trabajo escolar.
• Presenta cefaleas, dolores abdominales o síntomas vagos.
Autor: Inés Alcol (Psicóloga)
¿EXISTE RELACIÓN ENTRE LA ADICCIÓN AL TELÉFONO MÓVIL Y LA ANSIEDAD O LA DEPRESIÓN?
11 de Octubre de 2018
Existe una larga tradición de temores por parte de la gente ante las nuevas tecnologías a medida que son desplegadas en la sociedad. Este miedo sucedió con la propagación de los televisores, los videojuegos y, más recientemente, los teléfonos inteligentes. Alejandro Lleras y Tayana Panova, de la Universidad de Illinois en Estados Unidos, encuestaron a más de 300 estudiantes universitarios con cuestionarios para determinar su salud mental, cantidad de uso del teléfono móvil e internet, y las motivaciones para usar sus aparatos electrónicos. El objetivo era ver si los comportamientos adictivos y autodestructivos con los teléfonos inteligentes están relacionados con la salud mental. Las personas que resultaron tener estilos de vida realmente adictivos en relación con los teléfonos inteligentes, alcanzaban una puntuación mucho más alta en los baremos de depresión y ansiedad. Sin embargo, los investigadores no hallaron ninguna relación entre el uso de teléfonos móviles o internet y las consecuencias negativas para la salud entre los participantes que usaban profusamente estas tecnologías solo para escapar del aburrimiento. Así pues, la motivación para pasar mucho tiempo manejando el teléfono inteligente es un factor importante a la hora de relacionar el uso de la tecnología con la depresión y la ansiedad.
Fuente: www.noticiasdelaciencia.com