El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDA-H) es un trastorno del neurodesarrollo, que se inicia en la edad infantil y que afecta entre un 3-7% de niños en edad escolar. A partir de los acuerdos de la OMS (1990) y de la APA (1994) se utiliza el término TDA-H para describir un trastorno del comportamiento que presentan tanto niños como adultos (2.5%), con manifestaciones diferentes según la edad y la educación recibida.
Los síntomas nucleares del TDA-H son:
Hiperactividad
Se manifiesta por un exceso de movimiento en situaciones en que resulta inadecuado hacerlo y en diferentes ámbitos (casa y escuela).
Tienen grandes dificultades para permanecer quietos cuando las situaciones lo requieren (se levantan del asiento, lo tocan todo, no paran quietos, parecen movidos por un motor).
Hablan en exceso y producen demasiado ruido durante actividades tranquilas.
Inatención
Se caracteriza por dificultades para mantener la atención en tareas que suponen un esfuerzo mental sostenido.
A menudo parecen no escuchar.
Les cuesta seguir órdenes e instrucciones.
Tienen dificultades para organizar tareas y actividades
Tendencia a los olvidos y a perder objetos relacionados con la tarea que van a realizar.
Suelen distraerse con facilidad ante estímulos irrelevantes.
Las dificultades de atención suelen aparecer más frecuentemente durante la etapa escolar cuando aumenta la exigencia académica.
Impulsividad
Se manifiesta por impaciencia, dificultad para aplazar respuestas o esperar el turno.
A menudo interrumpen y dan respuestas precipitadas antes de que las preguntas hayan sido completadas.
En general, se caracterizan por actuar sin pensar, no evaluando las consecuencias de la conducta.
Los niños y adolescentes con TDAH tienen problemas para controlar su comportamiento y ajustarse a las normas, presentando así dificultades de adaptación familiar, escolar y/o social.
En la infancia se caracteriza sobretodo por hiperactividad y falta de atención, pero en la adolescencia la hiperactividad decrece, la inatención se mantiene y la impulsividad aumenta especialmente en chicos.
Sin embargo, desde finales de los años 80, los clínicos y los investigadores ya se habían dado cuenta de que los escolares con deficiencias atencionales no siempre manifestaban una actividad motriz excesiva. Por ello se llevó a cabo en el año 1994 (DSM-IV) una división en tres subtipos del mismo trastorno:
TDAH, subtipo combinado: Se encuentran presentes los tres síntomas principales (inatención, hiperactividad e impulsividad). Es el más frecuente.
TDAH, tipo con predominio del déficit de atención: Cuando el síntoma principal es la inatención. Más frecuente en niñas.
TDAH, tipo con predominio hiperactivo-impulsivo: La conducta que predomina es la de hiperactividad e impulsividad. Es el más conflictivo.
¿Cual es el origen del TDA-H?
No se conoce ninguna causa concreta implicada en el TDAH, influyen factores biopsicosociales para su desarrollo. Aunque los estudios neuropsicológicos y de neuroimagen funcional han demostrado que los niños y niñas con TDAH presentan una alteración cognitiva en las llamadas funciones ejecutivas: inhibición de respuesta, vigilancia, memoria de trabajo y planificación; no es posible su diagnóstico a través de estas técnicas.
¿Qué trastornos se presentan junto con el TDAH?
Con frecuencia los niños con TDAH pueden tener otros problemas asociados, como los trastornos de conducta (trastorno negativista/oposicionista desafiante, trastorno disocial), ansiedad, consumo de sustancia en adolescentes o problemas de aprendizaje.
¿Qué factores hay que tener en cuenta para no confundirlos con TDA-H?
El déficit de atención puede ser debido a falta de motivación, esto puede ocurrir por varios motivos, uno de ellos puede que se por altas capacidades por lo que encuentre el material poco motivador, o por otros problemas emocionales o de relación que le dificulten la motivación por las tareas.
Puede ser que se encuentre muy activo debido a un problema familiar, a una situación que es nueva para el, algún cambio en su vida o rutina, que se encuentre estresado por algo que se escapa del conocimiento de los adultos.
Hay niños que de por si son mas activos e inquietos que los demás, sin necesidad de tener tdah, en estos casos seria recomendable que realizaran alguna actividad deportiva para que pudieran descargar esa energía extra y trabajar con ellos ejercicios de atención.
Puede ser que el niño no sea reforzado suficiente en las conductas que hace bien, y se comporte mal como una llamada de atención.
Puede ser que este asociado a otro trastorno.
¿Qué podemos hacer ante la sospecha de que nuestro hijo presente TDA-H?
Debemos acudir al pediatra o neuropediatra, (encargado de realizar el diagnóstico), al que le presentaremos la evaluación psicológica realizada por el psicólogo, y el informe del rendimiento escolar realizado por el equipo de orientación escolar.