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  • Inés Alcol (psicóloga general sanitaria)

TRASTORNO NEGATIVISTA/OPOSICIONISTA DESAFIANTE (TOD)


El trastorno negativista/oposicionista desafiante, es un patrón recurrente de conducta negativista, desafiante, desobediente y hostil, dirigida a los padres o a las figuras de autoridad.

En ocasiones, también se emplean expresiones como “niños emperadores” o "Síndrome del niño emperador” para referirse a este tipo de conductas en la infancia.

Es un trastorno cuya incidencia es mayor en niños que en las niñas, aunque llegada la adolescencia, a penas aparecen diferencias de género. Varias investigaciones han dado a conocer que el TOD afecta a un 20% de los niños de entre 5 y 10 años. Aunque psicólogos educativos y pedagogos, coinciden en que esta cifra podría estar algo exagerada debido a distintos sesgos a la hora de valorar este tipo de conductas y compararlas con las del comportamiento infantil que se considera normal. El Manual Diagnóstico de los Trastornos Mentales (DSM-V)reduce la prevalencia del trastorno a un 3%, bastante menos prevalente que el Tratorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH).

El Trastorno de oposición desafiante suele tener su inicio hacia los 8 años de edad, pero dependiendo del caso, puede incluso debutar a la edad de 4-5 años. Se suele señalar que es una conducta disfuncional que es causada por la combinación de factores biológicos, psicológicos y ambientales.

Los expertos dicen que el TOD en la infancia, anticipa un trastorno disocial en la adolescencia, y a su vez el trastorno de personalidad antisocial esta muy relacionado con el consumo de sustancias en adolescentes.

¿Cuales son sus síntomas?

Según el ultimo Manual Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-V, el TOD se caracteriza por:

Un patrón de enfado/ irritabilidad, discusiones/actitud desafiante o vengativa que dura por lo menos seis meses, que se manifiesta por lo menos con cuatro síntomas de cualquiera de las categorías siguientes y que se exhibe durante la interacción por lo menos con un individuo que no sea un hermano.

Enfado/irritabilidad

1. A menudo pierde la calma.

2. A menudo está susceptible o se molesta con facilidad.

3. A menudo está enfadado y resentido.

Discusiones/actitud desafiante

4. Discute a menudo con la autoridad o con los adultos, en el caso de los niños y los adolescentes.

5. A menudo desafía activamente o rechaza satisfacer la petición por parte de figuras de autoridad o normas.

6. A menudo molesta a los demás deliberadamente.

7. A menudo culpa a los demás por sus errores o su mal comportamiento.

Vengativo

8. Ha sido rencoroso o vengativo por lo menos dos veces enlos últimos seis meses.

Se debe considerar la persistencia y la frecuencia de estos comportamientos para distinguir los que se consideren dentro de los límites normales, de los sintomáticos. En los niños de menos de cinco años, el comportamiento debe aparecer casi todos los días durante un periodo de seis meses por lo menos. Sin embargo, en los niños de cinco años o más, el comportamiento debe aparecer por lo menos una vez por semana durante al menos seis meses. También se deben tener en cuenta otros factores, como por ejemplo, si la frecuencia y la intensidad de los comportamientos rebasan los límites de lo normal para el grado de desarrollo del individuo, su sexo y su cultura.

Este trastorno del comportamiento debe ir asociado a un malestar en el individuo o en otras personas de su entorno social inmediato (es decir, familia, grupo de amigos, compañeros de trabajo) o tener un impacto negativo en las áreas social, educativa, profesional u otras importantes.

Se debe tener en cuenta que los comportamientos no aparezcan exclusivamente en el transcurso de un trastorno psicótico, un trastorno por consumo de sustancias, un trastorno depresivo o uno bipolar. Además, de que no se cumplan los criterios de un trastorno de desregulación perturbador del estado de ánimo.

Terapia y tratamiento para el TOD

Quien mejor puede evaluar la presencia o no del trastorno, además de proponer un adecuado tratamiento, es un profesional cualificado en psicología infantil y terapia familiar. Además existen programas de entrenamiento para padres de niños con TOD o TDAH, a través de los cuales aprenden una serie de consejos y pautas para gestionar y manejar la conducta del niño.

También existen algunos fármacos que pueden administrarse en casos en que el TOD sea una consecuencia de otra psicopatología base, como por ejemplo la depresión o la psicosis infantil. En cualquier caso, el tratamiento farmacológico siempre debería ser la última opción, puesto que la terapia psicológica y familiar reportan unos buenos niveles de efectividad para ir corrigiendo este trastorno.

Algunas de las pautas del entrenamiento para padres podrían ser las siguientes:

  • Atender a las conductas positivas de su hijo, para ofrecer inmediatamente consecuencias reforzantes.

  • No esperar a que se repita una mala conducta para dar una respuesta.

  • Las consecuencias deben ser especificas, tanto el premio como el castigo deben estar dirigidos a una conducta especifica, no a aspectos generales.

  • El castigo debe ser proporcional a la transgresión, no al grado de impaciencia o frustración que hayan generado en los padres.

  • Las consecuencias deben ser constantes e independientes del entorno.

  • Si una conducta se considera intorelable un día, debe recibir la misma consideración otro día.

  • Tanto el padre como la madre deben dar la misma respuesta.

  • Establecer un programa de incentivos, antes de utilizar los castigos.

  • Planificar la posible actuación ante malas conductas.

  • Anticipar, analizar y prevenir.

  • Reconocer y aceptar que las interacciones dentro de la familia son reciprocas, ya que es poco productivo atribuir culpas.


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